jueves, 29 de septiembre de 2011

Frívolos domingos cálidos.

Puedes decir que me valla, puedes decir que me marche, que abandone o que te gane, que te consiga o que te pierda, aun que ya no me digas nada y el mero recuerdo de mí sea borroso en tu cabeza. Mísero momento que marco mi vida, y no sé por que todavía hoy me atormenta ese recuerdo del pasado.. Aquel recuerdo que mantengo de una tormenta tropical en pleno enero, breve, pero intensa, y tras ella una cálida luz que hace que todo brille con las gotas que desprendió antes aquella aérea furia. ¿Gotas? tal vez mis lagrimas, ya ni me acuerdo, sólo los surcos de mi cara demuestra que fue verdad lo que mi cabeza me dice y lo que mi corazón se niega a admitir. ¿Te pude llegar a querer? me pregunto, y automáticamente me respondo: Sí, por eso cometí aquella atroz locura. Pero no puedo por menos que decirme a mí mismo: ¿y te sigo queriendo? y entonces es cuando un gran surco se abre en mi corazón y el silencio lo calla todo... 




No hay comentarios:

Publicar un comentario