viernes, 11 de febrero de 2011

Ataduras.

¿Cuánto tiempo crees que podré bailar sobre tu mano sin echarme a perder?. Nunca olvides que al final el siervo será el amo, que la misma luz que me ciega será la luz que me salve. Y será entonces cuando tú me echarás de menos tanto, y yo, ajeno a tu vida no te prestaré atención. Puedo ser todo lo que tú quieras, todo lo que desees, pero cuando tú vengas a mí ya será demasiado tarde. Y nadie me pondrá etiquetas para anclar mi vida. Nadie me dirá que jamás alcanzaré la cima que yo quiera ascender. Ninguna cuerda conseguirá atarme a ti, nada que me convierta en tu posesión. Ataduras místicas que se desvanecen entre rayos de luz, porque ya, cuando tu vengas a mí, será demasiado tarde...

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